CUENTO DEL ALMA, CAROLINA GODAYOL.
Había una vez un niña que era dulce como las frutas tropicales, tenaz, perseverante e idealista. Profundamente observadora y curiosa. A Carolina le fascinaba imaginar un mejor futuro para la humanidad. Ella observaba a la naturaleza y de la Gran Madre, aprendía de su sabiduría. Y es que Carolina conservaba su inocencia intacta; su corazón…